martes, 16 de marzo de 2010

La importancia de llamarse Gobierno



Recientemente se ha generado un interesante debate acerca de la pretensión del Gobierno de usar una “marca” propia que acompañara al nombre de cada Ministerio. De ahí surgió la actual denominación de “Gobierno de España”, que antes no se empleaba en la comunicación institucional. La iniciativa de la unificación de los logotipos de todos los ministerios en dicho lema “Gobierno de España” pretende hacer llegar al ciudadano qué entidad está siempre detrás de cada “obra pública” o “valla publicitaria” que se encuentre por la calle. Se trata de la creación de una marca en toda regla, como si de Coca-Cola o BMW se tratase, con unos valores que transmitir y unas ideas concretas que vender.



Pero para conseguir lo que el Gobierno pretende no es suficiente con diseñar un logotipo, sino que es preciso crear una imagen de marca completa. El primer paso es definir claramente los mensajes de base que se quieren transmitir, como podría ser una gestión eficaz o la cercanía al pueblo. A pesar de que los diferentes anuncios del Ejecutivo finalizan sin excepción con la cortinilla de “Gobierno de España”, persiste la incapacidad de trasladar de manera inequívoca el trabajo realizado durante las dos legislaturas. Primero, fueron las reformas estatutarias y la política antiterrorista los temas que actuaron como tsunami que ahogó el resto de actuaciones gubernamentales. Ahora se están dejando ganar la batalla por la crisis.

Parece que este tipo de comunicación requiere un planteamiento más integral, sobre todo en lo relativo a la difusión de la reputación en el extranjero. En este sentido, una correcta comunicación institucional permite una mayor penetración cultural, comercial y turística. La gestión de las relaciones con los medios de comunicación sigue estando muy alejada de la eficacia de otros países, como Reino Unido o Estados Unidos.