jueves, 5 de agosto de 2010

Coolhunting: de las calles a la estrategia corporativa



El mantra de las empresas tras la crisis es sin duda la innovación: en productos, en procesos, en modelos de negocio o en la forma de comunicarse. Para innovar se crean sistemas corporativos internos, pero también es factible buscar la inspiración en el exterior de la organización. Con este objetivo surgen las empresas especializadas en el “coolhunting”, es decir, en detectar estilos y tendencias de los consumidores, que orientan los esfuerzos en innovación y comunicación.


El Coolhunting nació de forma espontánea a principios de los 90 como nueva disciplina del marketing en EEUU. Fue la revista New Yorker la que creó el nombre de coolhunters o caza-tendencias en 1997 para describir el trabajo de Dee Dee Gordon, la pionera en esta especialización y fundadora de la primera agencia de tendencias, Look-Look.

Normalmente esta actividad la realizan equipos multidisciplinares apoyados por colaboradores. Estos equipos realizan labores de observación y recopilación de información. El trabajo de los coolhunters se puede desarrollar tanto en las calles paseando por la vía pública, como navegando a través de internet.

No tenemos que irnos muy lejos para encontrar un ejemplo de modelo de negocio que incluye la observación de tendencias. Desde sus comienzos, la cadena de tiendas de moda Zara ha basado su éxito en esta forma de actuar: observar las tendencias en sus propias tiendas y a pie de calle, plasmarlas en colecciones, adaptarlas a los gustos locales de cada una de sus puntos de venta y tenerlas disponibles para su venta en un plazo de dos semanas.