jueves, 17 de enero de 2013

LA “LEY GOOGLE” PONE PRECIO A LAS NOTICIAS


La información es un producto caro. Contactar con los protagonistas, cubrir acontecimientos, contrastar fuentes, contar con redactores y profesionales de calidad, etc., tiene un coste elevado. Por eso, para los medios de comunicación siempre ha sido un punto de tensión con los buscadores de Internet el hecho de que estos puedan exponer sus contenidos de forma totalmente gratuita.






Las cabeceras, tanto impresas como digitales, se quejan de que los motores de búsqueda hacen negocio con sus informaciones sin recibir a cambio ningún de tipo de contraprestación económica. Por ello, en Alemania se ha dado el primer paso para solucionar este conflicto, a través de la ya conocida como “Ley Google”, que obligará a los buscadores comerciales, como el propio gigante estadounidense, a pagar a diarios y revistas por utilizar sus resúmenes de noticias.

El objetivo de esta norma es permitir que los editores perciban un porcentaje razonable de los beneficios que los motores obtienen al utilizar fragmentos de noticias y artículos ajenos. Sin embargo, desde Google no han tardado en manifestar su descontento, declarando que esta medida perjudicará a todos los  usuarios y entorpecerá de forma masiva el proceso de encontrar información en Internet. También distintas voces entre los internautas han mostrado su desacuerdo, alegando que se coarta la libertad de expresión.

Francia seguirá los mismos pasos que Alemania, tras lo anunciado por el presidente François Hollande durante su discurso de felicitación anual a los periodistas. Si las negociaciones entre los buscadores y los editores de prensa no llegan a un acuerdo para compensar la propiedad intelectual de los autores, pondrá en marcha una disposición legislativa o un impuesto. El plazo concedido expira a finales de enero.

En España, la Asociación de Editores de Diarios (AEDE) ha afirmado que ve en la iniciativa del Ejecutivo germano un instrumento que permitirá “una mayor defensa de la propiedad intelectual” en la Red, territorio en el que “campa a sus anchas la cultura de la gratuidad”.

En general, la “Ley Google”, contempla reconocer el derecho de las empresas editoras a exigir cuotas por el uso de parte de sus artículos en los buscadores de noticias como Google News. Especifica también que sólo se verán afectados los portales y los agregadores con ánimo de lucro que para su funcionamiento se sirvan “sistemáticamente” de contenidos editoriales ajenos. Los blogueros privados, por ejemplo, quedarán exentos. En concreto, persigue que se graven los fragmentos de texto conocidos como “snippets”: las entradillas de una noticia que sitios como Google News publican debajo del enlace a la noticia original.

Es verdad que este reglamento parece mejorar la protección del “copyright” de los diarios impresos y digitales en la Red, y reconoce así el valor del trabajo periodístico. Sin embargo, se requiere la búsqueda de soluciones equilibradas que beneficien a ambas partes y respeten la libre competencia, ya que también es cierto que el tráfico de la prensa digital se ve favorecido por el hecho de que sus contenidos se expongan en el escaparate mundial predominante que, nos guste o no, es Google. Una relación cordial entre los buscadores y los medios de comunicación es lo conveniente, pues se retroalimentan entre ellos, ya que los buscadores dan visibilidad a los contenidos informativos y sin dichos contenidos se paralizaría la navegación en Internet.

Además, hay que tener en cuenta que la Ley no beneficia directamente a los periodistas que elaboran las noticias, sino a las empresas para las que trabajan y a los grandes grupos mediáticos en los que estas se integran. A pesar de esta norma pionera, los reporteros seguirán indefensos ante los editores que revendan sus trabajos o los publiquen en diferentes plataformas.

Por último, no debemos olvidar que el freno al abuso de la posición dominante de Google, a pesar de estar en el punto de mira de la Unión Europea, podría quedar en papel mojado con esta legislación, porque al estipular que tendrán que pagar las compañías que “se dediquen de forma especial” a reproducir contenidos ajenos, tiene el riesgo de que hasta podría dejar a Google fuera de su alcance, porque la multinacional estadounidense sólo obtiene una pequeña parte de sus ingresos gracias a su portal de noticias.