Los cambios externos obligan a las organizaciones a incorporar cambios en su vida interna a gran velocidad. Los expertos hablan de nuevas tendencias en la comunicación corporativa interna, necesarias para que esta sea exitosa hoy en día. La primera son los valores, que actúan como punto de partida para mover a la acción al personal y conseguir su adhesión. Los objetivos de negocio se vinculan cada vez más a las emociones para conseguir implicar al capital humano en ellos.
Otra clave importante es aprovechar las redes espontáneas de comunicación entre las personas, haciéndola horizontal y transversal y no sólo vertical. Hay que permitir la creación de grupos y comunidades por afinidad natural, pues de este modo la interacción se realiza de forma más agradable y efectiva. También es necesario sustituir la retórica de los datos y porcentajes por la de las historias y ejemplos reales. Las personas se identifican entre ellas, no con los números, y es algo que las empresas están empezando a comprender. La dirección debe darse cuenta de que los protagonistas de la compañía deben ser los empleados.
Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación son primordiales en este proceso. Hay que dar un paso más allá de la intranet, apostando por las aplicaciones para móviles y las redes sociales, adoptando el potencial que nos ofrece el mundo 2.0. También es recomendable buscar el impacto en los mensajes, creando piezas de comunicación más elaboradas y originales, que sorprendan y animen a los trabajadores. En este sentido, el poder del audiovisual es conocido, utilizar el vídeo para transmitir ideas siempre es interesante.
Finalmente, hay que tener en cuenta que la comunicación interna, como el resto de las vertientes de la comunicación, debe ser en tiempo real para que funcione de forma eficaz. No podemos permitir que las historias lleguen tarde a nuestra gente, pues todos son piezas clave en la competitividad, y la velocidad es prioritaria para que todos estén atentos siempre al mercado y sus cambios.
