
Algunas empresas llevan años notando la necesidad de repensar la manera tradicional de desarrollar sus actividades. Para ello, intentan ser más permeables respecto a lo que sucede a su alrededor y más conscientes de su impacto sobre las comunidades en las que actúan y sobre las generaciones futuras. Sin embargo, en tiempos de crisis, la confianza en las empresas es baja y las relaciones entre sectores continúan siendo difíciles. En los países en vías de desarrollo son mucho mayores tanto los posibles impactos sociales y medioambientales como las reticencias a la colaboración. Para paliar este tipo de problemas con el entorno social de las empresas, los departamentos de comunicación ponen en marcha sus divisiones de gestión de relaciones con la comunidad.