viernes, 2 de septiembre de 2011

Un pepinazo a la imagen de España


La importancia de lo que se publica en los medios de comunicación para la reputación de cualquier producto quedó totalmente patente en la llamada “crisis del pepino” español. Fueron suficientes dos semanas para estropear la imagen de uno de los ámbitos en los que España es líder en exportación: las hortalizas. Nuestro país es una destacada potencia hortofrutícola, y ostentaba el liderazgo mundial en distribución de pepinos.



Aunque el pepino no sostiene la economía española, pues su facturación anual es muy pequeña comparada con el PIB, las pérdidas ocasionadas al sector fueron cuantiosas: alrededor de 300 millones de euros en solo 15 días. Pero el daño ha sido mucho más amplio, ya que ha afectado de lleno a la imagen de España como productora de hortalizas y, en consecuencia, a la marca España. No somos conocidos a escala global por nuestros vehículos ni nuestros satélites, pero sí por los productos de nuestra huerta. Y ahora su credibilidad ha sido golpeada.
Un ejemplo elocuente de ello fue la viñeta en un diario inglés, que mostraba cómo la OTAN bombardeaba eficazmente a las tropas de Gadafi en Libia, nada más y nada menos que con pepinos españoles. En este caso, ese dibujo vale más que mil palabras, para explicar la distorsión de la buena reputación de los vegetales españoles, que sólo podrá ser reparada con el paso del tiempo, y con acciones de comunicación y transparencia que hagan llegar de nuevo a todos los ciudadanos europeos su gran calidad, recuperando su confianza.