La jornada de puertas abiertas es una herramienta de comunicación que nació en las instituciones, pero poco a poco su uso ha ido extendiéndose a todo el mundo empresarial. Y no sólo las grandes compañías, sino también las pymes han entendido que este tipo de evento es una forma eficaz de transmitir confianza y ejercer la transparencia ante sus públicos, tanto internos como externos: empleados y sus familias, proveedores, clientes, medios de comunicación… A la hora de mostrarse desde dentro, la empresa juega en casa ante sus invitados, y se encuentra en el entorno más favorable posible para explicar su funcionamiento o lanzar el mensaje deseado.
Con la excusa de enseñar su actividad e instalaciones, se pueden conseguir importantes objetivos de comunicación ante la audiencia elegida. Si se trata del personal de la empresa, se persigue estrechar las relaciones entre los empleados, la firma y sus hogares; creando identidad o, como se dice vulgarmente, “haciendo piña”. Cuando la jornada está orientada al público en general, es una manera de acercar la compañía a la comunidad, para crear simpatías e identificar al vecindario que la rodea con sus objetivos.
Un ejemplo de excelencia en la aplicación de la jornada de puertas abiertas como campaña de comunicación es el programa Testigos de Calidad de McDonald’s España, que lleva funcionando con éxito desde hace años. Consiste en la selección de ciudadanos que deseen conocer de primera mano el proceso de elaboración de las hamburguesas de la compañía y que después estén dispuestos a contar su experiencia a los demás consumidores y clientes, certificando con su testimonio los estrictos controles de calidad y la esmerada selección de la materia prima. Las visitas se realizan incluso en las granjas y los mataderos, transmitiendo con ello que no tienen nada que esconder.
