La comunicación interna es una herramienta clave
dentro de las organizaciones, independientemente de su tamaño. Es un error
pensar que se trata de algo exclusivo de las empresas que cuentan con grandes plantillas.
Los empleados se han convertido en
los principales portavoces y difusores de la imagen de la compañía en la
que trabajan. Por este motivo, mantener una comunicación fluida y permanente
con ellos es de gran importancia para el desarrollo empresarial y la mejora
continua.
Lograr un clima de implicación e
integración de las personas en sus
propias corporaciones, incrementando su motivación y sentimiento de
pertenencia, es el principal objetivo de la comunicación interna. Diversos
estudios han demostrado que si los trabajadores se sienten a gusto, su rendimiento
y su productividad son mayores, lo que tiene una repercusión directa en la
rentabilidad de la compañía. Los expertos afirman que un clima laboral ideal es
aquel en el que se fomenta el intercambio de opiniones y el diálogo.
La comunicación interna influye en aspectos
fundamentales de la competitividad empresarial porque transmite su cultura,
su misión, su filosofía, sus valores, sus mensajes, e implica a la plantilla en
el desarrollo del negocio. Sólo se obtiene un compromiso real por parte de
los empleados cuando estos se sienten motivados e integrados dentro de los objetivos
de la firma.
Además, debemos tener presente que puede
resultar muy eficaz en momentos clave, reduciendo la incertidumbre y
frenando la posible difusión de rumores que pueden llegar dañar su imagen
de modo irreparable.
El Plan de Comunicación Interna debe
incluirse dentro del Plan Estratégico de la compañía, y sus metas
alinearse con los objetivos de negocio. Antes de su elaboración es preciso
realizar un diagnóstico previo que nos permita analizar cómo se ha
venido desarrollando la comunicación en la empresa hasta ese momento y conocer
cuáles son los canales de comunicación más eficaces, cuáles son las
preferencias de los empleados y sus gustos, qué lenguaje utilizan, … Para que
el desarrollo del plan se realice con éxito es fundamental que la comunicación
sea ordenada y que implique a todos los miembros de la plantilla, desde
la dirección general y mandos intermedios hasta los empleados.
Los canales para comunicarse con las
audiencias internas son muy diversos y pueden
abarcar desde reuniones, convenciones anuales, buzones de sugerencias, cartas a
dirección o manuales corporativos, hasta una intranet o una newsletter. La
elección de cada uno dependerá del mensaje que se quiera trasladar y de los
objetivos de la organización en ese momento.
En los últimos años, las redes sociales,
los blogs o los microsites han comenzado a utilizarse como herramientas para
intercambiar información corporativa, pero la adaptación al entorno 2.0 en
este ámbito todavía tiene un largo camino por recorrer.