En una sociedad tan globalizada como la nuestra en la que el acceso a
la información cada vez está más generalizado, los portavoces se han convertido
en figuras fundamentales para que la opinión pública esté bien informada sobre
las principales noticias que se producen en el seno de una organización, tanto pública
como privada.
La credibilidad de de una empresa depende, además de su gestión, de la imagen que de ella se proyecta,
por lo que se debe cuidar mucho la actuación a la hora de transmitir la
información, sobre todo en situaciones de crisis.
El portavoz es la persona que sirve de interlocutor entre una organización
y sus diferentes audiencias (empleados, directivos, clientes, potenciales
clientes, medios de comunicación, instituciones,…). Se trata del principal
portador de la imagen y lo que él diga, y cómo lo diga, es fundamental para su
reputación corporativa.
Todas las organizaciones
necesitan contar con directivos capaces
de ejercer esta función trasmitiendo confianza, seguridad y credibilidad. Se trata de la fuente más oficial de la
firma, así que es imprescindible realizar una correcta selección de este
perfil teniendo en cuenta que debe controlar
los mensajes y tener el conocimiento suficiente de la compañía para poder salir
airoso de cualquier situación comprometida.
En muchas ocasiones el contenido
de los mensajes se pierde por el modo en que es transmitido, por ello es
fundamental que el portavoz maneje correctamente el lenguaje y conozca bien las diferentes técnicas comunicativas a su
alcance.
Una herramienta eficaz para
conseguir que un directivo se pueda convertir en voz autorizada de su compañía
es el aprendizaje. Sin embargo, los datos demuestran que la formación de portavoces es una de las grandes asignaturas pendientes
de las empresas.
No todos los directivos cuentan
con las cualidades necesarias para poder comunicar eficazmente los mensajes de
su compañía, por este motivo existen
consultoras especializadas que ofrecen diferentes tipos de cursos y seminarios
que tienen por objetivo dotar al portavoz de las habilidades necesarias para poder proyectar correctamente la
imagen de la organización o institución a la que representa.
La finalidad de las mismas no es
otra que enseñar a los alumnos a analizar
y mejorar las técnicas para enfrentarse a sus diferentes audiencias.
Los expertos en comunicación
coinciden en afirmar que, con los
conocimientos adecuados y con una preparación previa, todos los directivos
pueden convertirse en portavoces eficaces
trasladando los mensajes adecuados a todas sus audiencias, en cualquier
circunstancia.